La táctica de persuasión que me consiguió un café gratis: Al salir del gimnasio, me detuve en el restaurante del hotel, mucho después del horario del desayuno, y le pregunté a la recepcionista "Señor, ¿sería imposible para mí conseguir una recarga de café?" Me mira y dice: "Por lo general, tendríamos que cargar, pero déjame ver qué puedo hacer". Regresa con una segunda taza de café. Esto funcionó porque comencé mi oración con un marco negativo "¿Sería imposible?" Esta es en realidad una táctica de persuasión que me enseñó mi mentor de ventas. El encuadre negativo funciona bien porque hace que el cerebro piense "bueno, no es imposible..." y se desliza hacia el sí. También hace que la negativa se sienta como si fuera irrazonable. Si hubiera preguntado "¿Puedo obtener un resurtido?" se habría sentido como una solicitud más grande a la que decir que sí. Utilizo encuadres negativos casi a diario "¿Sería imposible conseguir esta mesa?" "¿Estarías en contra de mover nuestra reunión?" "¿No sería razonable obtener una salida tardía?" "¿Sería imposible meterme hoy?" La próxima vez que necesites moverte en una situación, usa el encuadre negativo. Funciona como magia.