Una creencia de lujo era eliminar los requisitos de exámenes estandarizados en las escuelas. La razón era que, debido a las disparidades en los puntajes de los exámenes basadas en ingresos, clase, etnicidad, etc., deberíamos simplemente deshacernos de los exámenes por completo. Pero la consecuencia no intencionada fue que muchas universidades en realidad vieron menos solicitudes de estudiantes de bajos ingresos y marginados. Resultó contraproducente. Los niños ricos aún enviaron solicitudes, mientras que los estudiantes de entornos desfavorecidos a menudo no lo hicieron. Parte del problema es que muchos niños no saben qué umbral de puntaje los hace competitivos en una escuela determinada. Los puntajes de los exámenes, aunque imperfectos, al menos dan una idea de la aptitud académica. Sin ellos, ¿en qué se basan los oficiales de admisión? En ensayos personales, por un lado. Pero si eres rico, puedes contratar a personas para que te ayuden a pulirlos. También mirarán las cartas de recomendación, pero de nuevo, si eres rico, probablemente conozcas a personas influyentes que pueden escribirlas por ti.