¿Qué significa vivir en una tienda de desplazados? Hablaba recientemente con amigos en Gaza, en medio de la mayor campaña de desplazamiento que ha llevado a cabo el ejército israelí: más de un millón de personas forzadas a salir de la ciudad de Gaza y apiñadas en tiendas endebles a lo largo de un estrecho tramo de la costa. Un amigo me dijo: “Hamza, sentimos que estamos viviendo en la Edad Media. Sin electricidad, sin gas. Cuando logramos encontrar un poco de comida, la lucha apenas comienza. Pasamos horas buscando leña para cocinar, aunque el humo hace que nuestros hijos tosan. O comemos algo contaminado, o no comemos en absoluto. Por la noche, se oyen bombardeos y artillería mientras estamos sentados en una tienda sin paredes.” Otro amigo añadió: “Una de las cosas que más extraño es un baño. ¿Sabes lo que significa que muchos de nosotros no hemos usado un baño de verdad en casi un año? Cavamos agujeros en la arena, o usamos cubos. Ducharse significa llenar botellas con agua y tratar de encontrar un poco de privacidad detrás de una tela. Mientras tanto, los insectos, las moscas y las enfermedades nunca cesan. Y aunque te enfermes, no hay farmacias a las que acudir.” Vivir en una tienda significa rendirse a las formas más básicas de dignidad. No hay privacidad, ni dentro de la tienda donde familias enteras están apiñadas, ni afuera donde las tiendas están apiladas tan cerca que se escucha cada sonido, cada discusión, cada llanto. Los niños crecen sin tranquilidad. Las parejas no tienen espacio. Los ancianos no tienen comodidad. Cada rincón se siente temporal, expuesto y prestado. Es una vida donde la supervivencia diaria reemplaza cada otra aspiración humana. Donde la falta de agua limpia, comida segura, medicina y refugio aplasta lentamente tanto el cuerpo como el espíritu. Donde lo que más extrañas no es el lujo, sino las cosas que una vez diste por sentado: un baño, una puerta, una pared, la capacidad de cocinar sin inhalar humo, o la oportunidad de dormir sin preguntarte si tu tienda será golpeada por el próximo ataque. Eso es lo que significa vivir en una tienda de desplazados.