¡Es temporada de deficiencia de vitamina D! En mi opinión, la vitamina D es una de las mejores defensas contra enfermedades infecciosas e incluso contra el cáncer. La dosis debería ser de 5.000 UI o incluso más, y una dosis más alta de lo que se recomendaba antes y que muchos médicos aún recomendan es de una importancia crítica (¡hazte un chequeo de vitamina D si no estás seguro)! La vitamina D₃ funciona mejor en equilibrio con zinc, vitamina A y vitamina K₂, que apoyan sus efectos de señalización y regulación del calcio. Un magnesio adecuado es importante al suplementar con vitamina D. El magnesio apoya la activación de la vitamina D y ayuda a regular el calcio actuando como antagonista natural del calcio. Si la ingesta de magnesio es baja, especialmente junto con una alta vitamina D, la regulación del calcio puede verse afectada, aumentando el riesgo de elevación de calcio sanguíneo o urinario en individuos susceptibles. Por esta razón, se recomienda asegurarse de una ingesta suficiente de magnesio al tomar vitamina D. Así que suplementar la vitamina D3 con A, D, K2, zinc y magnesio tiene sentido. Por cierto, la vitamina D2 no se absorbe bien por el cuerpo y es un mal sustituto de la vitamina D3. La vitamina D prescrita por los médicos en forma de receta suele ser del TIPO INCORRECTO. Los médicos siguen recetando vitamina D2, en lugar de D3, no me preguntes por qué. Existe una forma de vitamina D3 con receta, pero es poco común entre los médicos, ya que las compañías de seguros a menudo no cubren los costes. Si tu médico te receta D2, eso es una señal de alerta de que no han hecho los deberes.