Las personas a menudo malinterpretan lo que significa estar "basado en datos" en su enfoque de la toma de decisiones. La simple incorporación de gráficos de precios, indicadores u otros puntos de datos en su proceso no garantiza la excelencia basada en datos; simplemente crea la ilusión de rigor analítico. El verdadero desafío radica en distinguir entre las decisiones genuinamente informadas por los datos y aquellas que simplemente usan los datos como escaparate para estrategias mal concebidas (por ejemplo, superar los parámetros el tiempo suficiente hasta que se correlacionen con su variable de salida). El camino hacia el auténtico trading basado en datos requiere adoptar la simplicidad, los fundamentos lógicos y el autoescepticismo riguroso. Esto comienza con el desarrollo de una idea plausible que tiene como objetivo explotar alguna ventaja identificable, luego probar cómo funciona realmente esta relación en condiciones del mundo real y medir lo que los datos revelan sobre su hipótesis. El paso crucial consiste en intentar falsificar su concepto de la manera más rigurosa posible, poniendo a prueba su solidez desde todos los ángulos imaginables, porque si no somete sus ideas a este nivel de escrutinio, el mercado inevitablemente lo hará por usted.