La renta variable internacional ha seguido brillando tanto en términos de USD como de moneda local, y la amplitud se sitúa en un saludable 74%. En términos de impulso relativo, las acciones ex-estadounidenses tienen el impulso (línea azul), tomando el relevo de los EE. UU. (línea rosa). Con la Fed ahora preparada para relajarse, y en 2026 potencialmente convertirse en un cómplice más dispuesto al dominio fiscal, el dólar parece tener un solo lugar a donde ir. Tal vez eso sea demasiado obvio, pero un dólar más débil ayudará con la conversión de moneda de las asignaciones no estadounidenses.