TradFi finalmente está en cadena, pero la forma en que está sucediendo podría desbloquear una nueva Internet financiera o atraparnos en nuevos jardines amurallados. La adopción institucional de blockchain se está acelerando rápidamente. El centro de atención hoy en día está, sin duda, en las stablecoins y los pagos, con los activos del mundo real (RWA) ganando terreno rápidamente. La tokenización de stablecoins o activos financieros tradicionales en cadena ofrece grandes ventajas: un libro de contabilidad abierto, rápido, 24/7, de bajo costo y confiable y, lo más importante, componibilidad. Esto significa que puede combinar sin problemas los bloques de construcción para crear productos completamente nuevos. Por ejemplo, un producto estructurado podría combinar RWA con rendimiento de DeFi en un solo token ERC-20, que luego podría usarse como garantía en Aave para obtener un préstamo. Este tipo de innovaciones solo son posibles gracias a la interoperabilidad de blockchain. Sin embargo, estamos viendo una tendencia creciente de jugadores de TradFi y fintech que lanzan sus propias cadenas L1, entre ellas Stripe, Circle, Stable y Canton. El atractivo es claro: pueden centralizar y controlar la gobernanza, establecer las reglas de la red, adaptar la pila tecnológica a sus necesidades y capturar toda la cadena de valor. ¿La compensación? Interoperabilidad. La interoperabilidad ya es un desafío entre las cadenas de bloques "compatibles", y la introducción de L1 más patentadas creará nuevos jardines amurallados, socavando el propósito de ir a la cadena.
3.74K