Los investigadores han descubierto que un gen de longevidad que se encuentra en personas que viven más de 100 años, llamado LAV-BPIFB4, puede ayudar a revertir el daño cardíaco en niños con progeria, una enfermedad genética rara que causa un envejecimiento rápido. En modelos de células animales y humanas, una sola inyección del gen mejoró la función cardíaca, redujo la fibrosis y el envejecimiento celular, y promovió el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos. Los hallazgos marcan la primera evidencia de que un gen asociado a la longevidad puede contrarrestar el envejecimiento cardiovascular en la progeria, lo que ofrece esperanza para nuevas terapias basadas en la biología del envejecimiento saludable.