La vida moderna funciona con una especie de incompletitud de ingeniería. El capitalismo necesita tu hambre, las redes sociales necesitan tu envidia, y tu propia psique necesita un dragón para matar. Puedes tener un amor profundo y aún sentir temor existencial. Puedes ser rico y aún así estar destrozado por dentro. Puedes ser tremendamente creativo y aún anhelar la validación como un niño. Todo esto es una característica, más que un error.