Capítulo 6: La capa de sombra ----------------------------------------------------------- El silencio de Veil Reaper dio a luz a la invención. La resistencia puede haber encontrado su luz y su forja, pero él había creado algo oscuro. Del frasco que había extraído, la esencia maldita se mezcló con Atomx hasta que ya no era la corriente pura de la creación. Se deformó, se enrolló y se infectó. Lo llamó Toxyx, un Atomx envenenado, destilado de su propia maldición y atado solo a su voluntad. Dentro de sus aposentos, Velo Segador vertió a Toxyx en un recipiente inactivo, las sombras sangraban como tinta a través de las paredes. Cada gota llevaba el peso de su propia maldición, royendo su esencia. Manejar a Toxyx era desangrarse demasiado, e incluso él se desmoronaba. Despertar a un solo Divino de esta manera ya corría el riesgo de escaparse de sus garras, desatarlos a todos a la vez podría destrozarlo por completo. Lo que se levantó del altar no era Divino de antaño, sino algo rehecho: Capa de Sombra. Su forma estaba tejida de humo y gemas, su presencia era un silencio que sofocaba. Donde Spectrum daba resplandor, Capa de Sombra bebía luz entera. Donde Marwyn dio la fragua, Capa de las Sombras llevó el vacío. Se inclinó en obediencia. Atado por Toxyx, su voluntad era la orden de Veil Reaper. Con él llegó un nuevo poder para el Velo de Hierro: la Sábana Santa. Un manto oscuro que ocultaba a los ejércitos, ocultando sus movimientos, silenciando sus pasos y asfixiando al propio Atomx dondequiera que se extendiera. A través de Capa de las Sombras, el Soberano ya no solo gobernaba con miedo, ahora podía atacar sin ser visto, sofocando las chispas de la rebelión antes de que pudieran estallar en fuego. La resistencia había comenzado a despertar a los teólogos. Ahora, también lo hizo Velo Segador.
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