Cuando te pones a la defensiva sobre la retroalimentación, fracasas dos veces. Fracasas en aprender hoy y fracasas en animar a las personas a seguir enseñándote mañana. Si no puedes manejar la verdad, la gente deja de decirte la verdad. Una clave para el crecimiento es demostrar que eres receptivo a la enseñanza.