El ego tiene sus vicios pero también sus virtudes y nacemos con él por una razón. ¿Alguna vez has notado que las personas que se obsesionan con dejarlo ir o "matar su ego" rara vez hacen algo productivo con sus vidas después y parecen estar desprovistas de ambición? Generalmente es porque no lo reemplazaron con nada, y se quedan en un estado de desapego o satisfacción, sin preocuparse por nada. Su impulso era su ego, y sin él no tienen nada por lo que esforzarse, excepto tal vez "ser una mejor persona" o algún viaje introspectivo personal. La vida es más que el crecimiento personal, se nos dio carne y un cerebro para lograr cosas en el mundo físico. Así que, aunque los egos excesivamente grandes son una plaga que viene con los vicios del orgullo, también tienden a ser los más ambiciosos y afectan desproporcionadamente al mundo. Pasé por la misma experiencia de estar satisfecho, ser posteriormente humillado y encontrarme con un ego desconectado del mundo y desmotivado durante unos años. Mi opinión es que la madurez no es disolver completamente el ego, sino someterlo a algún propósito superior por Dios, seres queridos o una misión personal para el cambio que te gustaría ver en el mundo, donde el impulso del ego puede canalizar algo más alto que tu propia gloria y validación. En eso, a menudo puedes encontrar un impulso incluso más fuerte que el ego.