Las afirmaciones sobre el maltrato de Greta Thunberg y otros detenidos de la flotilla Hamas-Sumud son mentiras descaradas. Todos los derechos legales de los detenidos se respetan plenamente. Curiosamente, la propia Greta y otros detenidos se negaron a acelerar su deportación e insistieron en prolongar su estadía bajo custodia. Greta tampoco se quejó ante las autoridades israelíes de ninguna de estas acusaciones ridículas e infundadas, porque nunca ocurrieron.