Lo que pasa con la izquierda tratando de entrar en la arena de la tonta guerra de memes es que simplemente no funcionará, porque nadie en la derecha se ofende por ser memeado. De hecho, nadie meme más a la derecha que la derecha. Lo encontramos casi entrañable. La capacidad de reírse de uno mismo y de abrazar y dar la bienvenida a ese tratamiento se ve como un rito de iniciación.