Para todos los hombres, la fórmula es simple: • Comienza tu carrera con Dios. • Comienza tu relación con Dios. • Comienza tu matrimonio con Dios. • Comienza tus estudios con Dios. • Comience su negocio con Dios. • Comienza tus batallas con Dios. • Comienza tus mañanas con Dios. Comienza con Dios → Nunca comenzarás mal.