Con el plan de paz para Oriente Medio propuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, finalmente se ha abierto una esperanza de acuerdo para poner fin a la guerra y al sufrimiento de la población civil palestina y estabilizar la región. Un equilibrio frágil, que muchos estarían felices de hacer estallar. Me temo que el intento de la Flotilla de forzar el bloqueo naval israelí podría dar un pretexto. Por eso también creo que la flotilla debería detenerse ahora y aceptar una de las diversas propuestas presentadas para la entrega segura de la ayuda. Cualquier otra opción corre el riesgo de convertirse en una herramienta para impedir la paz, alimentar el conflicto y, por lo tanto, golpear sobre todo a la población de Gaza, a la que se dice que quiere llevar alivio. Es el momento de la seriedad y la responsabilidad.