Ray Dalio pasó 40 años tratando de clonarse a sí mismo. No su cuerpo. Su cerebro. Congeló todas las decisiones de inversión, principios y patrones que había visto en el código. En la década de 2010, Bridgewater estaba gastando $ 160 mil millones en software que pensaba como Ray. Aquí está la historia salvaje: 🧵