La meditación borró mi capacidad de rotar mentalmente las formas, a los seis años de práctica. La carpintería es 3 veces más difícil ahora. No puedo intuir los cortes, tengo que abstraerlos y dibujarlos porque el mundo es extrañamente más plano. ¡Pequeño precio a pagar por la felicidad! ¡Pero atención!