¿Soy solo yo, o los nuevos lanzamientos están muertos? Esa picazón se ha ido. La diversión se ha ido. Cada gota se siente empaquetada hasta el infierno con parásitos de dinero rápido dando vueltas, o es solo otro consejo interno que desencadena un efecto dominó temporal. Ya nada se sostiene. Nada emociona. Todavía estoy creando herramientas para que la gente participe. Mis bots seguirán funcionando. ¿Pero para mí? Moler las trincheras día tras día se siente seco. La chispa que te hacía despertar listo para convertirte en algo salvaje e impredecible, eso se ha ido. Ahora son solo desplegadores masivos que alimentan a la fuerza cualquier narrativa que puedan girar. Todavía imitaré monedas más viejas aquí y allá, porque creo que vienen algunas bombas locas. ¿Pero esas guerras de trincheras diarias, el caos puro que realmente se sentía divertido? Eso se ha desvanecido. Hasta que haya un cambio real, una razón positiva neta para volver a dedicar horas a esta rutina, lo colgaré. Es triste decirlo, pero las trincheras simplemente no golpean como solían hacerlo.