Cuando le pregunté al Dr. Jonas Salk, inventor de la vacuna contra la poliomielitis, por qué eligió una carrera en medicina, dijo que provenía de una profunda preocupación por el sufrimiento humano y un sueño de la infancia de servir a la humanidad. Cuando era niño, quería seguir a su héroe, Abraham Lincoln, en la ley y la política para luchar por la justicia. Pero en la universidad, se dio cuenta de que podía ayudar a la humanidad a una escala aún mayor a través de la investigación médica. Es un recordatorio tan poderoso: nuestro propósito más profundo sigue siendo el mismo, pero la forma en que escalamos nuestro impacto puede cambiar, y con las herramientas actuales, especialmente la IA, nuestra capacidad para llegar a las personas es mayor que nunca.
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