Esta historia es realmente loca. Entre esto y la reciente saga de la Big 10, está claro que los deportes universitarios tienen una gran crisis financiera que nadie quiere reconocer. Los comisionados deben admitir que tenemos un problema y trabajar para encontrar soluciones. Hay formas sencillas y probadas de aumentar significativamente los ingresos y asegurarnos de preservar esta gran institución americana. Venderla en partes a capital privado y entidades extranjeras NO es la respuesta.