De vuelta a casa de las montañas Aceleré, sin paradas. Llegué a casa con el encantador regalo de un zorrillo muerto en el patio trasero. Aparte de eso, el cuidador de la casa dejó el lugar en excelentes condiciones. Los ojos tan cansados de mirar la carretera... es hora de mirar la pantalla del videojuego durante unas horas.