Las críticas a la reindustrialización americana, como la búsqueda de una producción menos eficiente por nostalgia que será ignorada por el mercado como irracional, están equivocadas. Aquellos que abogan por fábricas, astilleros, fundiciones, minas y líneas de vuelo en EE. UU. lo hacen porque el mercado ha malinterpretado el riesgo y las externalidades negativas. Hay un valor sustancial que se puede crear al corregir no solo los aspectos irracionales de la deslocalización previa, sino también los existenciales. Reconocer este valor en ambos ejes, económico y de seguridad nacional, generará recompensas sustanciales para los ágiles y previsores.