Esta es una sorprendente admisión de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y una ventana perfecta al pensamiento globalista. Ella lamenta que el "proceso democrático" es un "lastre" y que "la velocidad es esencial." Está frustrada porque su gran visión—un Euro Digital—se está ralentizando por la tediosa necesidad de debate parlamentario y escrutinio público. Seamos claros sobre lo que está diciendo: ➡️ La democracia es un obstáculo. Los mismos sistemas de controles y equilibrios que protegen nuestra soberanía son vistos como inconvenientes obstáculos para su control centralizado. ➡️ Temen quedarse "rezagados." Esto no se trata de servir a los ciudadanos europeos. Es una carrera tecnocrática contra otras potencias globales (y el despertar de sus propios ciudadanos) para cimentar un nuevo sistema financiero antes de que la gente pueda resistir. ➡️ "Tenemos que acelerar." Este es el mantra de los no elegidos. Cuando escuches esto, sabe que el debido proceso, la transparencia y los derechos individuales están a punto de ser pisoteados en nombre del "progreso." El Euro Digital, la Unión de Mercados de Capitales, la Unión Bancaria—no son herramientas para tu libertad. Son la arquitectura de un sistema de vigilancia y control financiero total. Decidirán qué puedes comprar, dónde puedes gastar, y tendrán el poder de excluirte con un clic de un botón. Lagarde tiene razón en una cosa: el tiempo se está acabando. Pero no para su proyecto. Se está acabando para que nosotros despertemos, nos organicemos y defendamos nuestra soberanía nacional y libertad económica de estas élites no responsables. La mayor amenaza a nuestra libertad no es ser "dejados atrás," sino ser encerrados en una jaula digital a la que nunca accedimos.