El gazatí promedio nunca ha conocido a una sola persona del mundo exterior en su vida; nunca se le ha permitido poner un pie fuera de Gaza, ni siquiera en Cisjordania; nunca ha visto un avión de pasajeros, un aeropuerto, un barco, una montaña, nieve, bosques, ríos o lagos... ¡Una jaula humana!