Las autopistas son ruidosas, pero el sonido es un estado constante, un zumbido consistente que tu sistema auditivo filtra. Se convierte en ruido blanco. Ruido de fondo que tu cerebro ignora, como los grillos en un bosque. Puedo dormir con este sonido. El tráfico de la ciudad es diferente, el ruido es intermitente. Un motor acelerando, un subwoofer, una sirena. Cada uno de ellos es señalado por tu mente como un evento. Eso es lo que arruina la concentración.