Esforzarse por ver la esencia puede sonar un poco arrogante, pero vale la pena hacerlo. Cuando me gradué, en mi breve carrera laboral, también fui objeto de risas por parte de los empleados veteranos de la empresa, diciéndome que yo, un niño, no entendía nada de la esencia. El pensamiento inicial puede ser erróneo, incluso las acciones pueden ser incorrectas, pero no hay que subestimar el interés compuesto del pensamiento día tras día, año tras año. Las personas que piensan en la esencia están constantemente ajustando su dirección de avance.