Los agentes de IA están a punto de devorar el trading. Los fondos de cobertura ya tienen algoritmos. Ahora, imagina miles de millones de bots incansables reprogramando la microestructura en tiempo real. A medida que los libros de órdenes se inundan de agentes, el promedio se automatiza, la ventaja se redistribuye y la brecha entre lo bueno y lo excelente se amplía.