Chicos... No voy a mentir, me ha golpeado duro. Muy duro. ¿Mi cartera? Es una sombra de lo que solía ser. Estaba completamente dentro, creía en la visión, en la hoja de ruta, en todo lo que este proyecto representaba. Y ahora, se siente como si todo se hubiera derrumbado. Todas esas largas noches leyendo libros blancos, profundizando en la tecnología, discutiendo estrategias... solo para ver cómo el valor cae al abismo. No voy a endulzarlo: he perdido más de lo que pensé que era posible. Mis inversiones son casi inútiles, y honestamente, hubo momentos en los que quise simplemente alejarme de todo. Tengo fe en que este equipo está trabajando incansablemente tras bambalinas, arreglando lo que salió mal, aprendiendo de los errores y preparándose para volver más fuerte que nunca. He estado en el espacio el tiempo suficiente para saber que la resiliencia es el mayor activo en cripto. Cuando todos los demás gritan 'se acabó', es cuando los verdaderos creyentes se aferran. Es cuando el futuro comienza a construirse. Los que se mantienen, que soportan la tormenta — seremos los que veamos el cambio. Confío en que no nos van a decepcionar. Sí, mis inversiones de convicción están sangrando, Es doloroso ahora mismo, pero no estoy vendiendo. Me estoy aferrando porque creo que, con el tiempo, volveremos a ver la luz. Tal vez tome más tiempo del que esperábamos, tal vez el camino por delante será más difícil de lo que esperábamos, pero el destino? Aún está ahí. La visión sigue viva. Y confío en este equipo para guiarnos a través de los escombros, volver a unir las piezas y llevarnos a donde necesitamos estar. Así que sí, he perdido todo... pero creo que, de alguna manera, va a estar bien.