Cracker Barrel no solo perdió su logo. Perdió su alma. Bajo un CEO más obsesionado con las cuotas de DEI que con el encanto rural, han: – Eliminado el icónico logo – Remodelado más de 70 tiendas en copias estériles de showroom – Prometido 700 millones de dólares para borrar cada rastro de lo que hacía que se sintiera como en casa – Y según una queja de derechos civiles, están discriminando abiertamente a los empleados blancos Esto no es modernización. Es la exterminación de la Americana, de la calidez, de la memoria. Felicidades, Cracker Barrel. Ahora eres Woke Barrel. Nadie pidió esto.